miércoles, 13 de octubre de 2010

Efecto Gómez

Raúl y sus discípulos charlaban sobre las primarias de sus socios madrileños criticando el descaro de un desconocido, un tal Tomás Gómez, líder del Pesoé madrileño, diciendo que una subversión así no se podía tolerar.

Cuando me acerqué Raúl estaba con la vena del cuello dilatada lanzando a voz en grito a sus colegas una soflama—...si el aparato del partido asiente todos deben asentir, cuando se vota en contra, todos deben votar en contra. Para algo está el mandato de partido. Mirad el Equipo de gobierno de nuestro Pesoé de Manzanares…pese a lo disparato de muchas de las ordenanzas todas han sido aprobadas por su equipo sin rechistar, por los de la vieja y los de la nueva guardia. Todos a una.

No le faltaba razón a Raúl, la vieja y la nueva guardia del Pesoé de Manzanares es lo mismo, ejemplos no faltan, si no, acordaos de la ordenanza top ten de la antología del disparate por la que se envía a los partidos políticos al pabellón del Fercam, de lunes a viernes, de 17.00 a 20.00, con tal de no dejarles usar espacios públicos, nadie de la nueva guardia del Pesoé dijo nada; ni con la crítica al pago de las fotocopias que deben realizar los concejales de la oposición por hacer su trabajo, todos hicieron mutis por el foro; por no hablar del tema del vertedero, de las pistas de padel o del arte urbano donde todos los concejales del Pesoé han votado al compás de su mandamás y de su Teniente Alcalde. No podemos olvidarlo, cuando vengan lobos con piel de corderos debemos recordar que estos eran los indiferentes, los que miraban hacia otro lado y callaban, o no decían nada, haciendo que no veían y que no escuchaban ni sabían.

Raúl, si yo fuera socialista hubiera votado en las primarias madrileñas a Tomás Gómez, un político atípico, singular y sui generis. Me da igual el color. Se enfrenta al poder establecido, al guión que le han marcado para diseñar él su propia historia. Llamó a la puerta de Zetapé y le dijo, aquí estoy yo, mi asamblea me ha elegido, somos un partido y vamos hasta el final con todas las consecuencias. Gómez quería darle la voz a sus afiliados. Pesase a quien pesase, y se enfrentó al poder establecido. Eso no pasa en Manzanares ni por asomo.

Raúl, escuchaba con cara de asombro mientras continuaba la perorata.

Tomás Gómez hizo cosas que le hacían diferente, convocaba Asambleas ciudadanas donde invitaba a la gente a que participara y diera sus opiniones. Cuando era Alcalde de Parla, cada seis meses recorría la ciudad en asambleas ciudadanas y la ciudadanía fiscalizaba los últimos seis meses de gestión y comprometía los seis siguientes. Y si no cumplía, pobre de él cuando aparecía en otra asamblea seis meses después. Les tomaba el pulso y conocía sus iniciativas, sus inquietudes y las necesidades más profundas de la población. ¿Han visto ustedes esas Asambleas ciudadanas socialistas por Manzanares? ¿Han visto al Equipo de gobierno hablar con el pueblo? Nasti de plasta, naranjas de la china. Les da miedo. Por no hablar, no dejan hablar al pueblo en los Plenos, y por no conocer la opinión de los ciudadanos queman y destruyen las encuestas del Fercam. Esas son sus Asambleas ciudadanas, destruir las encuestas de opinión de la Feria del Campo. La nueva guardia del Pesoé de Manzanares nada tiene que ver con el Efecto Gómez, no saben nada de las luchas de las minorías, de la valentía de quienes se enfrentan al poder, ni del coraje de los que construyen sus obras en ambientes adversos. Para aprender tienen que dejar la Escuela de Ciudadanos y mirar a los del Pepé.

Cállate y no digas más sandeces, no sabes de lo que estas hablando.

Si hablara sólo de lo que sé o de lo que debo, callaría siempre.

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