jueves, 4 de noviembre de 2010

Recuérdalo tú, recuérdalo a otros

No pierda el tiempo leyendo esto y pase de página. De verdad se lo digo, de verdad de verdaica. En serio. Mientras lee esta columna hay cosas más interesantes que hacer. Si busca algo caracterizado por su independencia, objetividad, aquí no lo encontrará ni de coña. Este rincón le permite conocer las críticas radicales de Raúl Castro que llaman la atención por su carácter zafio, lenguaje crispado, insultos y bulos infundados. De verdad, si no le interesa, vaya a otro sitio. Raúl es así, como su hermano y todos los que le defienden, o estas con él o contra él, no hay términos medios. No tiene talante. No obstante, estimado lector, no sufra, si no sigue adelante, no tiene mayor importancia, estas líneas, como decía Luis Cernuda, en un poema dedicado a sus paisanos, están sujetas al viento del olvido que cuando sopla mata.

Lo que cuento pasó un sábado del mes de octubre cuando Raúl rondaba sólo en la barra del Sancho. Parecía nervioso y desorientado. Me dio la impresión de que quería que nadie le viera por ahí. Daba la sensación de que estaba intentando ver sin ser visto. Cuando hablé con él, lo entendí todo.

- ¿Qué tal Raúl?¿Qué haces tú por aquí en un día como este?

- Nada de nada, pasaba por aquí y no pude resistir la tentación de tomar unos chatos… y ya de paso, enterarme de qué estáis trajinando. He oído un aplauso ensordecedor en la sala de arriba y me estaba preguntando qué coño ha pasado en la Asamblea del Pepé. Sinceramente, me da un poco de rubor que me vean por aquí, no vaya a ser que alguien piense algo raro y se lleve a confusión. Amigo, a lo que vamos, dime la verdad que estoy muy nervioso ¿quién es el candidato? ¿habemus candidato?

- ¡Pues claro que sí! ¿Qué te pensabas?

- ¿Y quién es?

- De sobra son conocidos

- ¿Pero es el o ella?

- El y ella, y doscientos y pico más, y otros tantos que no aparecen y que dan su apoyo incondicional. El Candidato es todo un equipo que está haciendo las cosas bien, que va contra viento y marea. Es un equipo que se llama Unidad.

- Pero entonces, ¿qué coño habéis estado haciendo en esta Asamblea?¿qué estáis enredando?

- Han anunciado el eslogan de la campaña electoral del Pepé de Manzanares para la Alcaldía del año 2011.

- ¿Se puede saber cuál es?

- Por supuesto, te lo digo para que lo sepa todo el mundo y se difunda como Dios manda. El eslogan es, “Recuérdalo tú, recuérdalo a otros”.

- ¿Recuerda qué?

- Recuerda ¿qué es lo que quieres para tu pueblo?, ¿qué no quieres?, ¿qué deseas?, ¿qué detestas? y ¿qué aspiras a conseguir? Recuerda como quieres ver a tu pueblo en cuatro años, ¿qué instalaciones?, ¿qué servicios?, ¿qué Feria del Campo? Recuérdalo tú, recuérdaselo a otros. También recuerda que no quieres para tu pueblo un arte urbano de pintadas en las fachadas, ningún vertedero ilegal, ni plazas que se rompen en periodo de garantía. Recuerda que no quieres un Ayuntamiento que vulnere derechos fundamentales y que cobre a los Concejales por su trabajo. Recuerda que no se ha hecho nada con la estación de autobuses, con la de tren, que no han ampliado el horario de la biblioteca en época de exámenes, que se ha malgastado el dinero en templos tibetanos que adornan nuestras rotondas y que se insulta en los plenos, y lo peor de todo, que no pasa nada. Recuerda que no se hizo nada, recuérdalo a otros.

- Amigo, tendréis mucho eslogan y mucha gaita, pero no te confundas, tus amigos del Pepé lo tienen crudo. Veremos antes declarar al Pirulí tibetano de la calle Toledo Patrimonio de la Humanidad antes que el Pepé gane unas elecciones.

- Raúl, quizá lleves razón, y no se gane, pero no pasaría nada. Me quedo con lo que acaba de decir un paisano en la Asamblea, parecía un poeta. Ha arrancado los aplausos de todos los allí presentes.

“Gracias, compañeros, gracias por el ejemplo, gracias por como lo estáis haciendo. Gracias por que me decís que el hombre es noble. Nada importa que tan pocos lo sean: Uno, uno tan sólo basta como testigo irrefutable de toda la nobleza humana. Que la causa aparezca perdida, nada importa. Uno es valiente cuando, sabiendo que la batalla está perdida de antemano, lo intenta a pesar de todo y lucha hasta el final, pase lo que pase. Uno vence raras veces, pero alguna vez vence. Recuérdalo tú, recuérdalo a otros

Ahora entiendes los aplausos, ¿no?, se me pone la piel de gallina.

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